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Soy Milena una mamá, coach y empleada de una multinacional farmacéutica. Quiero contarte cuál fue mi camino por la multitarea, como afectaba mi vida y como pude salir de su círculo viscoso.
Es un tema que me encanta y realmente me habría gustado tener esta información antes de comenzar todo mi viaje como mamá, de hecho me habría gustado haber tenido estas herramientas muchos años atrás. Pues aunque me consideraba algo cuadriculada, realmente no tenía método, no sabía decir NO y era feliz navegando en la multitarea. Pero este espejismo de vida se quebró cuando fui mamá, pues el millón de tareas, actividades y compromisos que estaba haciendo "a medias" me empezaron a abrumar, pues había llegado a mi vida alguien que NO podía esperar, que NO merecía una atención a "medias" y que además mis compromisos con ella NO los podía delegar.
Fue un gran impacto para mí ver que la "estrategia" que tenía no me estaba llevando a donde quería y por el contrario sentía que el tiempo no era suficiente para mi proyecto de vida, para ser la mamá que soñaba cuando me miraba frente al espejo ya como luna llena anhelando la llegada de mi pequeña, no sabía de dónde sacar más tiempo para mi, mi hija y mis proyectos, me sentía agotada y la lista de tareas no parecía ser más corta con cada día que pasaba, aun cuando sentía que hacía un montón de cosas. Fue entonces cuando encontré en la priorización de mi vida mi mayor aliado.
Realmente quería seguir haciendo muchas cosas, quería aprender muchas más, pero además no quería perder un segundo del desarrollo de mi hija, ¿¿complejo verdad?? Así que un día sentí angustia al ver que mi hija crecía y que si me lo perdía sería algo que jamás podría recuperar. No quería delegar su cuidado en otros porque lo más probable es que años más tarde tuviera que hacer grandes correcciones solo por no haber planificado nuestro vuelo desde un principio.
Aprendí a priorizar, a decir no, a planificar, a vivir con propósito, así fue como la multitarea un gran obstáculo para la salud física y mental salió de mi vida, abracé las bendiciones de la rutinas y poco a poco la neblina que ocultaba el sol en nuestro días empezó a iluminar el camino, y sin darme cuenta había logrado crear algo mágico: HÁBITOS SALUDABLES, un día vi que no tenía que batallar con el orden, ni con la hora de sueño, ni para salir al colegio, tampoco la hora de la comida era un problema, ¿Sabes por qué? Porque al enfocarme en lo verdaderamente importante y crear pequeñas rutinas que nos facilitaran los días, se fueron convirtiendo en hábitos, no solo para mi sino para ella.